
Lugar Ladera del Castillo Luna (Alburquerque, Badajoz) Fecha 29-30/08/05 Estilo pop contemporáneo Público lleno Promotor Asociación Cultural Contempopránea.
Tocaba celebrar el décimo aniversario del festival que viene siendo el mejor escaparate de la escena indie ibérica, y exactamente de la misma forma en la que repartíamos caramelos en el colegio el día de nuestro cumpleaños la organización obsequiaba a los asistentes con un disco que recopilaba temas de las bandas seleccionadas para el concurso de maquetas que inauguraban este año. Nobel y Cajón de Sastre, segundo y tercer puesto del concurso, eran los encargados, junto a los locales Peletes, de tocar en la fiesta de presentación del jueves. Un abismo les separa de los ganadores Garzón. El viernes estuvo marcado por un frío que pilló al personal desprevenido, de ahí que bailar fuera la mejor de las opciones, aunque no sería con Norton, quienes hicieron gala de uno de los conciertos más planos del festival. Nadadora derrocharon belleza en su actuación, y Vacaciones, de los que esperaba mucho más, debieron tener algún problema de monitores porque la voz de Ruth sonaba a ratos francamente desdibujada y fuera de lugar. Un mal día, vaya. The Sunday Drivers, al margen de que algunas de sus composiciones carezcan del gancho suficiente sonaron perfectos, como de costumbre. El grupo de Alaska y Nacho Canut era el de más tirón del festival, de ahí el bailoteo de la gente con temas como “Hombres” o “No sé qué me das”, que les convirtieron en los grandes triunfadores de la primera jornada. Cambiando el paso, los sevillanos Maga ofrecieron uno de los directos más sólidos, y eso que no veía yo muy claro que pudiesen levantar a un público que acababa de dejarse el pellejo con Fangoria. Repasaron temas como “Agosto esquimal”, “Diecinueve” y canciones de su último álbum. Australian Blonde sufrieron algunos problemas técnicos que, unidos a cierta desgana, contribuyeron a un concierto que dejó bastante que desear. El grupo español, que junto a los toledanos The Sunday Drivers, más está dando que hablar, Lori Meyers, anunciaron que después de tanto pop iban a pisar el acelerador y a ofrecer rock and roll. En cierto modo lo consiguieron, pero los problemas escénicos, sobre todo los del cantante y guitarrista Noni, empañaron temas como “Ya lo sabes” o “El aprendiz”, dejándonos una sensación un tanto agridulce. El sábado abrirían Garzón, a los que se unieron en un par de canciones Sebas y Sergio de Tachenko. Presentaron las canciones incluidas en su demo y las que aparecerán en su largo de debut, ofreciendo un directo con mucha chispa. Bombones, quienes habían puesto la sintonía que sonaba entre grupo y grupo durante todo el festival, alternaron piezas propias con alguna que otra versión curiosa, aunque a pesar de sonar bien estuvieron algo planos. El único grupo de la tierra, Panorama, repasó los temas de su primer disco con ecos de Teenage Fanclub y Los Brincos. Tocaba ver sobre las tablas al gran homenajeado de esta edición, Alejandro Díez, alma de Los Flechazos, quien salió con su banda Cooper a animar al personal a base de guitarras potentes y esos estribillos tan pegadizos incluidos en “Fonorama” o “Retrovisor”, demostrando con creces su envidiable estado de forma. La Habitación Roja ofrecieron un concierto apabullante, sonando más crudos y agresivos en canciones como “Van a por nosotros”, “Nunca ganaremos el mundial” y uno de sus grandes éxitos de su carrera, “Mi habitación”. Mercromina protagonizaron una actuación soberbia, con olor a despedida -su penúltimo concierto antes de la separación definitiva- gracias a los ambientes de “Lo que dicta el corazón” y al espíritu pop de “En un mundo tan pequeño” o “Cacharros de cocina” (con la compañía de los albaceteños Zipi Zape). A más de una banda de este país no les vendría mal retirarse con su dignidad aún intacta. Astrud presentaron un set con formato de banda (bajo, guitarra y batería), y lograron hacer del auditorio una enorme feria-karaoke a base de empalmar un hit tras otro. La Granja dieron una lección magistral de buen pop de guitarras e hicieron disfrutar a sus fans de siempre, conocedores de su posición de banda de culto, aunque últimamente sean más conocidos gracias a “Etoo (su jugador favorito)”. Cerró el festival una de las últimas sensaciones, Seine.
Autor: José Alberto Martínez Y Rafa Angulo Fotografia: Rafa Angulo
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